jueves, 1 de septiembre de 2016

Relatos de Víctor (día 1, la mañana)

Abrí los ojos. a través de los barrotes de mi jaula veía la habitación de mi Ama. Unos zapatos de tacón en el suelo, en el lugar en donde se los había sacado. En la silla, la ropa del día anterior y varias cosas sobre la mesa.

Por el lado izquierdo de la jaula caían las sabanas de la cama de mi Ama, que esta sobre mi jaula. Esto significaba que ya se había despertado y seguramente estaría desayunando. Después me tocaría a mi recoger todo, pero eso cuando mi Ama lo decida.

Al cabo de un rato oí unos pasos que se acercaban. Era Ella, seguro. Que contento estaba, otro dia mas al servicio de mi Diosa!!. Se abrió la puerta y allí apareció, con su pelo castaño oscuro, sus ojos verdes que ni siquiera reparaban en mi, su cara de ángel con su mirada picara, su cuerpo perfecto...y sus pies, esos que yo adoraba al igual que a toda ella.

Entro en la habitación sin decirme nada, ignorándome, se acerco a la cama y se sentó sobre ella, encima de mi jaula. Desde mi habitáculo podía ver muy cerca sus pies y me acerque a ellos todo lo que los barrotes me permitían. Supuse que ella estaría mirando algo en el móvil y yo no tenia permiso para hablar, así que me quede admirando sus perfectos pies.

Al cabo de un rato se levanto, fue hasta la mesa y cogió la llave. se acerco a mi jaula y la abrió. con un gesto casi imperceptible me ordeno que saliera y así lo hice. Espere arrodillado ante ella mirando al suelo, como a ella le gusta.

- A recoger. - Dijo ella sin levantar la mirada del móvil.

Inmediatamente le bese los pies y me fui a recoger la cocina. por suerte era poco lo que tenia que recoger, solo el desayuno, así que lo hice rápido y sobre todo bien, no quería ningún castigo, y menos que mi Ama no estuviera orgullosa de mi trabajo. Cuando termine, fui al salón, me arrodille al lado del sofá donde se sienta Ella y espere pacientemente a que ella viniera y ordenase algo.

Cuando Ella llegó, se sentó en el sofá y levanto un pie mientras lo señalaba. Yo, obediente, me puse a cuatro patas para que me usase de reposa pies.

-No estabas despierto cuando me levante - Dijo apartando la mirada del móvil y mirándome seria

- Lo siento mi Ama - Es lo único que podía decir. No le gustaban las excusas, "si has hecho algo mal lo asumes y te callas", me dijo una vez.

- ¿Quieres saber que estoy mirando? - Pregunto con una media sonrisa muy sexy.

-Si mi Ama, me encantaría - Conteste.

Ella me acerco la pantalla del móvil para que pudiera verlo. Estaba...¡Estaba buscando cinturones de castidad!. Había de muchos tipos, de hierro, de plástico, de imitación de madera...No estaba seguro de que me gustase la idea pero, ¿que mas da lo que a mi me importe?, al final todos sabemos quien decide.

- Voy a ir hoy a comprar uno para ti, he leído que si no os podéis correr sois mas atentos y obedientes, así que quiero probarlo. ¿Que te parece? ¿Cual te gusta mas?

- El que usted decida es la mejor elección mi Ama.

- Me gusta este - Dijo señalando uno de hierro que parecía una jaula - Así hace juego con tu cama jajaja.

- Si mi Ama, quedara muy bien cuando este en mi cama.

- Prepararme un baño y la ropa, quiero ir cuanto antes. - Dijo levantando los pies para que pudiera levantarme yo.

Bese sus pies y fui a cumplir sus ordenes. El baño estaba a la temperatura perfecta, y la ropa preparada, recién planchada y doblada sobre su cama. Cuando me llamo fui al baño, no le gustaba salir del baño y pisar el suelo frió, así que...ya os podéis imaginar.

Cuando termino de arreglarse me aviso de que se iba y yo comencé a limpiar y recoger la casa. No os voy a aburrir con los detalles de las tareas domesticas de un sumiso, así que, con el permiso de las Dominas, me lo salto.

Oí las llaves meterse en la cerradura y fui a recibir a mi Ama. Me arrodille en la entrada preparado para besarle los pies pero Ella rápidamente se quito los zapatos lanzándolos por el aire y fue corriendo con una sonrisa a su habitación. Me quede muy sorprendido y quieto.

- VEENNN - Grito desde su habitación.

Cuando entre ya lo tenia abierto y en la mano. En su cara una sonrisa de felicidad.

- ¡Vamos desvistete! Quiero ponértelo ya - Dijo dando saltitos de alegría.

Obedecí y me quede desnudo ante ella. Estar así, tan vulnerable ante ella me excitaba, y ella lo noto, así que se dio prisa en ponérmelo, tanta que casi ni me entere de que me lo había puesto. Al instante empece a notar una presión con un poco de dolor. Ella me miraba sonriendo, disfrutando de la visión de como mi pene estaba encerrado en esa pequeña jaulita de metal.

Ella me miro a los ojos sin dejar de sonreír, se acerco lentamente, me agarro la cara y apretó con fuerza. Acerco su cara a la mía, mirándome a los labios con deseo, mordiéndose los suyos muy cerca de mi.

- Haz la comida. - Me empujo levemente hacia un lado la cara y se rió.

Yo me agache, bese sus pies y fui a preparar la comida. A Ella le prepara carne asada con pimiento y patatas panaderas, para mi...bueno para mi, con suerte, las sobras.

Ella comía primero, mientras me tenia a sus pies jugando distraída con sus pies en mi cara mientras veía la TV. Cuando acababa, si había sobras me las echaba en el comedero, si no...tenia que prepararme algo rápido si había tiempo. Por suerte ese día no se lo termino todo.

- Vamos a jugar. - Dijo mientras se levantaba...

(CONTINUARÁ...)


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