viernes, 2 de septiembre de 2016

Relatos de victor (dia 1, la tarde)

-Ve al salón y espérame allí - Ordeno mientra iba a la habitación.

Obedecí como buen perro y me arrodille en mi lugar de espera, al lado de su sillón. Escuche sus pasos acercándose, con cada paso que Ella daba, yo me ponía mas nervioso. Me ponía nervioso el no saber que tenia preparado para mi.

Apareció en el salón vestida con una minifalda de cuero negra, una blusa de color blanco y unos tacones negros con la suela roja. Estaba impresionante. Al ver a mi Ama con semejante atuendo, volví a notar esa presión en mis partes que cada vez estaban mas doloridas. Llegó hasta mi y se quedo parada, delante de mi, con las piernas ligeramente abiertas mirándome desde arriba. Sin duda es un ser superior.

- Tengo los zapatos sucios...-Dijo - es hora de una limpieza.

Inmediatamente me agacha y comencé a lamer sus zapatos con delicadeza y a conciencia. Ella con el pie que estaba libre me empujo para que me acostara boca arriba. Comenzó a pasar la suela de su zapato por mi lengua. Empezaba a estar seriamente excitado y sentía mi pene a punto de romper el cinturón de castidad, por desgracia, mi miembro siguió tan enjaulado como Ella lo había dejado.

Cuando acabe de limpiar sus zapatos, Ella los reviso. No dijo nada así que supuse que estaba satisfecha con el servicio de limpieza. Puso un pie sobre mi cara y empezó a ejercer presión hasta que se subió encima y fue caminando sobre mi hasta quedarse sobre mi estomago.

- Me gusta como se ve jajaja ahí atrapada intentando salir. Estoy segura de que estas deseando que te la libere ¿verdad?

- Si mi Ama, ¡por favor, hágalo!

Comenzó a jugar con mi pene enjaulado moviendolo con el pie y dándole pequeñas patadas. Como solo estaba apoyada sobre su pie izquierdo, sentía la dolorosa presión de su tacón clavándose en mi estomago.

- Quitame los zapatos - Ordeno mientras acercaba el pie derecho a la altura de mi pecho para que pudiese quitárselos.

Después, Ella se acostó sobre mi, de tal manera que tenia cerca de su cara mi miembro y mi cara estaba medio tapada por su minifalda. Comenzó a inspeccionar mi miembro, con mas brusquedad de la que yo hubiera deseado, pero soy consciente de que para ella solo era un juguete que usaría de la manera que mas le apeteciese.

- Estoy contenta con esta compra...¿tu no?

- No mi Ama, es incomodo y doloroso - Le dije la verdad aun sabiendo que si no le gustaba la respuesta habría castigo, pero era lo que quería, la verdad siempre.

- Bueno, me da igual lo que tu pienses jajaja, solo eres un esclavo. - Rió Ella mientras retorcía levemente mis testículos.

Pasó un rato examinando su nueva adquisición, jugando con ella, cuando se incorporó un poco y ordenó:

- Encoge las piernas, quiero estar mas cómoda.

Yo obedecí y ella se acostó boca arriba, apoyando su espalda en mis muslos. Puso sus pies en mi cara, consciente de lo que eso me excita. Parecía querer poner a prueba su nuevo juguete...y a su esclavo. pasaba sus pies por mi cara, la acariciaba, los metía en mi boca y me tapaba la nariz.

Con sus manos acariciaba mi cuerpo, cerraba los ojos y se dejaba llevar por lo que le apetecía en cada momento. Pasamos así un buen rato, yo sirviéndola y ella disfrutando, hasta que se levanto y comenzó a quitarse la blusa.

- Vamos a caldear un poco el ambiente - Dijo mientras se desabrochaba los botones con mucha sensualidad.

Yo sentía que no podía mas, no veía el momento de que mi Ama me quitara el cinturón, quizás no me lo fuera a sacar, y en cierto modo eso me excitaba mas, me hacia sentir mas suyo, que Ella tenia aun mas control sobre mi.

Ella se desnudo por completo. Yo estaba inmóvil, con la misma postura que ella me había dejado. puso los pies a los lados de mi cabeza, de tal forma que me permitía verla en todo su esplendor desde abajo, desde mi sitio.

Se arrodillo y puso su clítoris sobre mi cara. Comenzó a rozar mi cara y yo me moría por besárselo y lamerlo, pero no había dado orden de hacerlo, así que siguió disfrutando, con movimientos lentos y suaves, a veces con mas presión y otras con menos, jugando caprichosa con su clítoris en mi cara.

- Lame perro -  Ordeno con un susurro.

Saque la lengua y la puse a trabajar. Comencé despacio, pasando mi lengua de abajo a arriba, con cierta presión. Después comencé a hacer círculos, alternando en velocidad y fuerza. Ella gemía levemente y eso me ponía a cien.

Cogió mi mano y la dirigió a sus pechos. Yo comencé a acariciarlos, jugando con sus pezones, rozándolos, intentando que tuviera ganas de mas. De pronto se levanto sin decir nada y fue a la habitación. Me sorprendí mucho, ya que no me esperaba esa reacción pero espere. Volvió con una cuerda.

- Voy a atarte los huevos, no me parece bien que tu pene este enjaulado y tus huevos estén libres y tan tranquilos. - Dijo mientras se acercaba sonriendo.

Me los ato con varias vueltas, de tal forma que quedaban apretados, con la piel tirante. Ella agarraba el otro extremo de la cuerda y se volvió a colocar sobre mi cara.

- Ahora tienes un problema, cuanto mas me excites mas tirare...

- Como desees mi Ama - Respondí complaciente, pero nerviosos por lo que se me venia encima, ya que no soporto muy bien el dolor, aunque por Ella...todo.

Volvimos a donde lo dejamos, pero esta vez con mis testículos atados y tirantes. Ella ya estaba excitada, así que ya comenzó tirando con un poco de fuerza. Yo seguí lamiendo, inundándome de su sabor, y cada vez lo hacia con mas ganas y mas rápido, con lo cual mas se excitaba y mas tiraba.

Ella empezó a moverse con movimientos rápidos, rozando toda mi cara con fuerza, pasando de mi barbilla a mi frente repetidas veces. Cuando Ella estaba a punto, tiro con una fuerza que yo desconocía que tenia, haciendo que tuviera que levantar la cintura para evitar daños mayores, pero no sirvió de nada porque tiro con mas fuerza.

Llegó al orgasmo y dejo caer su cuerpo hacia delante, con la cuerda agarrada sobre su hombro, levantando mi cintura y provocandome un fuerte dolor que comenzó en los testículos y subió hasta el abdomen. Así, en esa posición estuvo un rato, recomponiéndose y deleitándose con leves movimientos de cintura.
Al cabo de un rato volvió a recostarse sobre mis muslos, permitiéndome descansar los testículos. Sentí un gran alivio al sentir que ya no tenia esa tensión y el dolor, poco a poco se iba disipando.

Ella no decía nada, tenia los ojos cerrados y cara de satisfacción. Yo estaba a punto de estallar, lo que me temía, aparentemente era cierto, no he iba a soltar. Normalmente me permitía desahogarme cuando ella estaba servida, eso si, rápidamente y sin recrearme, pero esta vez parecía que no iba a ser así...y creo que era una de las veces que mas ganas tenia.

Ella abrió los ojos, miró el reloj y dijo:

- Son las nueve...creo que tienes trabajo que hacer...

- Si mi Ama, tengo que hacerle la cena preparar la cama y la ropa para mañana...pero...mi Ama - Dije dubitativo.

- ¿Que? - Pregunto ella mirándome de reojo.

- Hoy...eee...hoy no puedo...es decir....me muero de ganas de....- No sabia porque pero temía decirlo.

- ¿Si vas a poder correrte? -  Pregunto ella con una sonrisa.

- Si - Afirmé yo poniendo cara de suplica.

- JAJAJAJAJA, ¿crees que he comprado eso para usarlo solo un ratito?

Mi cara debió ser un poema, porque le hizo mucha gracia. "no me lo va a quitar, me voy a quedar así...a ver como consigo dormir esta noche..." pensé.

- Venga, ¡a trabajar! - Dijo mientras se levantaba.

Fui a hacer mis tareas un poco frustrado y enfadado. Comencé a hacer la cena "y aun encima ni me permitió comer..." pensé "cállate, es tu Dueña, si no quiere que comas no comes hasta que te lo diga". Ese pensamiento despertó algo en mi, sentí ardientes deseos de servirla con mas ganas, me sentía mas sumiso, mas humilde, solo con pensar en Ella agachaba, inconscientemente, ligeramente la cabeza.

Le preparé una rica cena, ligera, como solía cenar. Otro día, con el hambre que tenia, hubiera ido picando algo mientras cocinaba, no tenia permiso pero tampoco me lo había prohibido (era una trampa habitual en mi el pensar eso) pero ese día, ni me atrevía a hacerlo "es suyo, no te lo ha permitido, obedece" dijo otra vez esa vocecilla en mi cabeza.

Cuando termine de preparar la cena fui hasta el salón, y la avise de que cuando quisiera ya la tenia preparada. Ella se levanto y fue a la cocina, y cuando paso por delante de mi, no pude evitar arrodillarme y pegar mi cabeza al suelo. Se paro un poco sorprendida, pero supongo que le gusto ya que sonrió y se sentó a la mesa. Yo, como siempre, me tumbe debajo de su silla con la cabeza a sus pies para que Ella los apoyara.

- ¿Porque hiciste eso cuando pase por delante de ti?

- No...no lo se mi Ama, lo siento, sentí que tenia que hacerlo - Me excuse nervioso.

- Parece que el cinturón hace efecto...¿tienes mas ganas de servirme?

- Si mi Ama, me muero de ganas por complacerla - Conteste con cierto asombro de escuchar lo que salia de mi boca.

- Me gusta que te arrodilles cuando paso, quiero que lo hagas siempre, y si te pones en medio cuando paso te tumbaras para que camine sobre ti.

- Si mi Ama, así lo haré, como ordene.

- Esta noche dormirás con el puesto, mañana ya veremos. - Dijo mientras se levantaba - recoge rápido que me quiero acostar.

Cogió su plato y hecho algunas sobras en mi comedero - Puedes tomar un poco de arroz que hay en la nevera, que ahora que me acuerdo tu no comiste.

Cene casi atragantandome de lo rápido que comía, y recogí igual de rápido. Fui al salón par decirle que ya había acabado. Sin decir nada se levantó, fue a la habitación y desde el pasillo chasqueó los dedos para que la siguiera. Cuando llegue a la habitación había abierto la puerta de la jaula, yo entre y me acomode. Ella cerro la puerta con llave y vi sus pies caminando hacia la mesa para dejarla. Volvió y metió un pie entre los barrotes.

- Buenas noches esclavo.

- Buenas noches mi Ama -  Dije mientras besaba su pie para darle las buenas noches.

Ella apago la luz y todo quedo a oscuras, todo salvo mi imaginación, que estaba desbocada, igual que mi miembro. Menuda noche me espera...

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